viernes, 31 de octubre de 2014

Cuando las psicólogas tenemos el privilegio de ser mamás





Ser mamá y psicóloga es una bomba explosiva en el buen sentido.

Es maravilloso porque:
1. Tienes una gran cantidad de información que hará más fácil la tarea

2. Conoces los beneficios o perjuicios que pueden ocasionar ciertas situaciones, alimentos, medicamentos y otros en: el embarazo, la lactancia, los primeros años, etcétera.

3. Has estudiado un sin fin de autores, que de hacer la sumatoria, obtendrías un número considerable de estrategias, técnicas, tácticas, medidas, recomendaciones y sugerencias para lo que sea.

4. Tendrás un montón de amigas psicólogas que te ayudarán a tranquilizarte y a decir que estás exagerando cuando pases por algún evento complicado.

Es difícil porque:
1. Tienes la suficiente información para saber que no serás objetiva como profesional con ese ser que te despierta tantas emociones.

2. Verdaderamente no serás 100% objetiva porque en ocasiones terminas doblegándote ante ‘la mirada de cachorrito herido’ o ‘la mirada del gato con botas de Shrek’.

3. Siempre habrá quien te juzgue cuando expreses alguna frustración con respecto a ese hermoso reto ser mamá, porque le sorprenda que tengas las emociones de una madre normal ‘porque eres psicóloga’.

4. Siempre habrá quien se espante cuando tu hijo se comporte como un niño normal porque tendría que ser un niño modelo porque es hijo de una psicóloga.

Ser madre y psicóloga es un privilegio muy grande:
como psicóloga te permite entender desde otros zapatos muchas teorías de la psicología y como madre te permite apreciar las situaciones cotidianas desde una perspectiva diferente.

Amo inmensamente ser mamá y ser psicóloga.

P.D.: Esto va también para los psicólogos que son padres

miércoles, 29 de octubre de 2014

Sierva María de Todos los Ángeles. Del amor y otros demonios. Gabriel García Márquez.





Personaje: Sierva María de Todos los Ángeles
Novela: Del amor y otros demonios
Autor: Gabriel García Márquez
Editorial y año: Diana, México, 1994

Introducción
1949. Tras la venta del antiguo Convento de Santa Clara, comienzan a exhumar los restos de los difuntos que yacían en las criptas bajo cristiana sepultura desde tiempos antiguos. Un periodista que acudió al lugar en busca de una noticia, encuentra una historia para publicar, al sentirse atraído por una lápida que se rompe en mil pedazos de la cual brota un cabello color cobre radiante de 22cm y 11mm de largo prendido al esqueleto de una niña de doce años.

Características físicas:
Se parecía más al padre que a la madre. Con el cuerpo escuálido, la piel lívida, los ojos de un azul taciturno, la cabellera extremadamente larga de color cobre radiante, con gracia para andar, bailar y cantar la música de los esclavos.

Características de la personalidad:
De igual modo que en el aspecto físico, más parecida al padre que a la madre poseía una timidez irredimible. Y había adquirido otros rasgos que aprendió de los esclavos: era mentirosa y se desplazaba de forma tan sigilosa que parecía invisible y a veces no la sentían cuando entraba en un lugar.

Análisis:
Sierva María de Todos los Ángeles es un personaje de mucha ficción e intensas emociones. Todo la marca desde su nacimiento. Hija del segundo marqués de Casalduero, nace en una cuna prominente un siete de diciembre a los siete meses con el cordón enredado en el cuello y lo que la hizo sobrevivir fue el amor y la dedicación de los desposeídos. La madre sólo la amamantó una vez y desde entonces la odió, su rechazo se lo hacía evidente en bastantes ocasiones, incluso le temía. Siendo adolescente Sierva María, su madre le soltó estas palabras:

“Eres igual a tu padre”. “Un engendro” Página 35.

La criada de la casa, Dominga de Adviento, hizo la promesa que si la niña sobrevivía tras el nacimiento, ésta no se cortaría el cabello hasta el matrimonio. Dominga –una negra de ley, como la describe García Márquez–, fue la salvadora de la pequeña marquesita, bautizó a la niña en Cristo y la consagró a Olokun, una deidad yoruba de rostro temible y sexo incierto. Sierva María creció en el patio de los esclavos, aprendió sus costumbres y tres lenguas de las utilizadas por éstos.

La novela narra que para su cumpleaños número doce –del que sus padres ni se acordaban–, Sierva María acude al mercado con la esclava Caridad del Cobre y allí es mordida por un perro gris con un lucero en la frente. La pequeña herida resultó en el pie, fue curada por la misma esclava y cicatrizó rápido. Posterior a este evento algunos de las personas mordidas por el mismo perro contrajeron la rabia.

Sierva María creció en total abandono por parte de sus padres. No era amada por ninguno de los dos, por las cualidades que reconocían en ella heredadas de cada uno. Sierva no aprendió a escribir y a leer a la edad correspondiente. Cuando muere Dominga de Adviento que era su protectora, Sierva María quedó sumida en un total desamparo. Nunca confió en sus padres, no aprendió a comunicarse de forma asertiva para su edad y esto empeoró su situación, debido a que no sabía explicarse, no se detenía a escuchar y reaccionaba de manera impulsiva incluso con agresividad. Debido a sus escasos 12 años no entendió la gravedad de sus circunstancias hasta que era demasiado tarde y su hábito de mentir la hundió más todavía.

Entró en el Convento de Santa Clara a los 93 días de la mordida sin rastros de rabia de la mano de su propio padre. Cuando la encerraron en el convento a solicitud del obispo, dieron por hecho que estaba poseída tras el suceso de la mordida del perro rabioso, sin que alguien de autoridad eclesiástica lo hubiese evidenciado de primera mano. Fue el resultado del rumor esparcido del boca a boca lo que la llevó a su encierro. Allí se sucede una cadena de eventos que se asientan en las actas como evidencia de su posesión demoníaca derivada de confusiones, sugestiones y temores de otras personas que hacen más intrincado el conflicto.

Su exorcista, Cayetano Delaura quien era la primera vez que realizaba esta labor, pierde el rumbo de aquella misión impuesta cuando duda de la veracidad de la posesión. De su relación ‘amorosa’ con Cayetano prefiero no profundizar porque para mí lo más significativo era que él le triplicaba la edad, ella 12 y el 36 años, y aunque la relación entre ambos es descrita como una poesía me cuesta ver el amor. Más bien veo a dos personas frágiles, necesitadas de afecto, sumidos en una situación desesperante.

Conclusión:
Al final, se comprende la reacción de Sierva María en cada uno de sus terribles elecciones. Era tan fácil que su mismo hábito de mentir le hubiese servido para comportarse de una manera distinta y así alejar a todos los verdugos de su vida, pero esta supuesta solución habría excluido los hechos que dan lugar a tan extraordinaria novela. ‘Del amor y otros demonios’, es una historia donde nadie toma decisiones asertivas en el momento oportuno. Tanto Bernarda y el marqués de Casalduero (los padres de Sierva María) dejan pasar la oportunidad de ser felices por delante y se enfrascan en un matrimonio que fue la ruina de los dos. La consecuencia más desastrosa de esta unión fue la hija indeseada y abandonada primero dentro de las paredes de su propia casa y después en una situación desesperada y absurda, donde la ignorancia, los prejuicios, los temores y los intereses particulares de algunos, son los verdaderos demonios que terminan por poseer a Sierva María. El medio que Sierva María encontró para defenderse primero del rechazo de sus padres y segundo de las inclemencias de un exorcismo inmerecido fue la rebeldía, elección que le costó demasiado cara.


P. D.: Los demonios y el amor de la historia de Gabriel García Márquez

Los demonios: Los demonios de unos y otros pueden observarse en la novela: el odio y abandono de la madre, la indecisión y egoísmo del padre, la traición del sacerdote Cayetano a sus hábitos y su devoción por una adolescente de escasos 12 años, el sufrimiento físico y emocional al que se enfrenta Sierva María.

El amor: El amor aún no lo descubro entre sus personajes, aunque sí en la prosa magnífica con que está redactada esta novela, que te conduce de la mano con una velocidad impresionante de principio a fin.


Extras
Historia familiar:
¿Quién era la madre de Sierva María? Bernarda Cabrera, hija de un empleado del marqués de Casalduero. A los 23 años, en contubernio con su padre, engaña al inocente marqués, le roba la virginidad y se embaraza de su hija Sierva María. Bajo esta situación Bernarda consigue casarse con el marqués, un hombre mucho mayor que ella al que odió desde el primer momento al igual que a la hija de ambos. Siempre le fue infiel al esposo y tenía debilidad por los esclavos jóvenes.

¿Y el padre? Don Ygnacio de Alfaro y Dueñas, segundo marqués de Casalduero y señor de Darién. Aprendió a leer hasta la juventud. Su vida transcurre a través de tres mujeres y con ninguna alcanza la felicidad. La primera fue Dulce Olivia, una mujer que permanecía encerrada en el Convento de Santa Clara por haber aprendido por necesidad a obtener ingresos a través de la labor familiar lo que era considerado actividades de hombres. El padre del marqués nunca aceptó la unión con esta mujer y lo mandó lejos. Al regresar de su destierro es casado con Doña Olalla, con la que nunca consumó el matrimonio pero lograron cierta amistad, ella muere calcinada por un rayo. Quedando viudo y teniendo la oportunidad de casarse con el amor de su vida fue embaucado por Bernarda Cabrera, quien le roba la virginidad y se casa con ella debido a que queda embarazada. No fue feliz con ninguna. Hacia los doce años de su hija, comienza a nacerle el amor de padre, al descubrir que su hija fue mordida por un perro con rabia, pero ni así su amor fue lo suficiente.

¿Quién era el sacerdote Cayetano Delaura? Un sacerdote del que se rumoraba era hijo del mismo obispo. Un hombre culto en extremo, bibliotecario de oficio, descendiente de Garcilaso de la Vega. Alguien con nostalgia de su tierra y su gente, con prejuicios que se anteponen a su raciocinio, con una sensibilidad extrema.


miércoles, 22 de octubre de 2014

El amor más inmenso




Un día, sin pensarlo me enfrasqué en la experiencia más increíble del mundo: mi propia vida. Convencida de la importancia de lo que estoy haciendo para alguien muy especial, no lo pensé demasiado. Dios me había dado desde que nací esa sutil particularidad de percibir, de sentir y de expresar a mi manera –así como cada quien tiene la suya y como también cada uno tiene sus propios talentos–. Recorrí las etapas de mi desarrollo con la intensidad de cada momento, disfrutando de una niñez plena, llena de imaginación y una adolescencia repleta de sueños. Ésta es una historia feliz, de grandes aprendizajes, es una historia inspirada por un gran amor, de los más sinceros, de los más inmensos, el que no se descubre en un abrir y cerrar de ojos. El camino de la vida me hizo transitar por ese amor constante y ascendente: a los otros, a mis sueños, a mi historia, a mi sangre, a la vida, a mí misma, amor adolescente y amor maduro. Incluso cuando en el transcurso de mis años me topé con él ni siquiera advertí la magnitud del amor que me faltaba por sentir.
Cuando miré por primera vez a los ojos al hombre con quien en el futuro engendraría un hijo, yo aún no lo sabía, aún no imaginaba que junto a ese hombre daría vida al amor más puro que podría experimentar; pero Dios y el universo sí conocían ese hermoso desenlace. Ese hombre y yo, ajenos a lo que venía, jugamos a enamorarnos y a desenamorarnos en repetidas ocasiones. Fuimos devorados por la pasión y también corrimos detrás de nuestros sueños en direcciones opuestas, sin saber que había un hilo invisible que nos hizo encontrar el camino de vuelta al lugar a donde pertenecíamos. Un día lejano, el que tuvo que ser, la semilla de la vida se sembró en mi vientre como un milagro lleno de esperanza; aun cuando la esperanza tenía bastante tiempo desaparecida, y allí se quedó germinando lentamente, dando amor y sonrisas desde su más tierna edad. Supe de él en invierno, se fortaleció en la primavera, llegó a mis brazos en verano y en otoño comenzó a mostrar la esencia de la que estaba hecha su alma. Ese pequeño ser que irrumpió en nuestras vidas con su actitud tajante, alegre y poderosa, nos enseñó que no sabíamos nada y que a la vez poseíamos la llave para descubrir todos los secretos; nos demostró que éramos capaces de llegar mucho más allá de nuestros sueños con tal de edificar las bases sólidas para su futuro.

Ésa era la verdad sobre el amor que aún nos faltaba por conocer, la que nos hace:
-llorar como lo hacíamos cuando ése era nuestro único medio para comunicarnos,
-gritar hasta sentir el pecho inundado de la emoción más sorprendente,
-reír a carcajadas demasiado fuertes para no explotar de tanta felicidad,
-sentir total plenitud cuando escuchas sus carcajadas eufóricas,
-experimentar una paz indescriptible cuando te abraza o lo observas dormir abrazado a su almohada con miles de sueños,
-y asombrarnos porque la magia existe en ese pequeño ser, y sólo ese hombre y yo podemos apreciarla.

P.D.: Dios nos dio a todos los padres la posibilidad de descubrir la magia de esas criaturitas que llegaron a nuestras vidas para quedarse: nuestros hijos. Apreciarlo como el amor más sublime depende de cada uno de nosotros.

jueves, 9 de octubre de 2014

Diez estrategias para promover los valores en la familia.






Siempre me topo con esta pregunta: ¿consideras que en nuestra sociedad hay gente solidaria con los seres humanos que lo necesitan y responsables con el Medio Ambiente? Por supuesto que sí aunque en diferentes grados. Todo parte de los valores que poseemos las personas. Lo importante es trasmitir valores a nuestros niños, a esos pequeños que algún día serán los adultos, que son como esponjitas que absorben todo la información a su alrededor. Cuando nos quejamos de las injusticias, la corrupción, se nos olvida que tenemos la posibilidad de cambiar eso. Poco a poco, desde nuestra trinchera. Para los padres, los hermanos mayores, los abuelos, los tíos les comparto estas estrategias, no son las únicas pero son mi granito de arena. Si otras también les han funcionado compártanlas para beneficio de todos:

  1.  Reconocer que como padres de familia somos los responsables de trasmitir los valores universales a nuestros hijos por encima de la escuela y otras instituciones.
  2. Dar el ejemplo: La mejor forma de aprender para el ser humano es imitando. No podemos pedirles a nuestros hijos que hagan lo que nosotros mismos no podemos hacer.
  3. Enseñarlos desde los primeros años: Es más fácil adquirir hábitos y costumbres desde pequeños que querer instaurarlos ya en la etapa adulta.
  4. El ejercicio comienza en casa: Si se practican en el día a día de los valores universales es más fácil hacer uso de ellos en otros círculos sociales como el resto de la familia, la escuela, el trabajo, etcétera. Es importante propiciar situaciones para que nuestro hijos descubran los valores. 
  5. Demostrar el amor no sólo con palabras, sino también con hechos: Dedicarles tiempo a nuestros hijos es fundamental, tiempo en cantidad y calidad. De esa forma les reiteramos que son importantes para nosotros.
  6. Reconocer nuestros errores, saber pedir perdón y enmendar nuestros actos: Nuestros hijos se dan cuenta de nuestras equivocaciones y la actitud que tomamos frente a éstas, les enseñará cómo actuar ante sus propias faltas.
  7. Respetar a nuestros hijos y nietos como seres humanos que sienten y piensan en ocasiones diferente a nosotros: Invadir su privacidad sin tomar en cuenta sus razones nos hace irrespetarlos.
  8. Enseñar a nuestros hijos a hacer buen uso de las tecnologías de la información: Es nuestra responsabilidad como padres no quedarnos rezagados en el uso de la tecnología.
  9. Ser conscientes que siempre hay algo nuevo que aprender: Nuestros hijos también tienen muchas cosas que enseñarnos.
  10. Ejercer con efectividad los roles de familia: Que conozcan las funciones de los padres, hijos, hermanos, abuelos. Impartiendo disciplina con amor y no ejerciendo abuso de la autoridad.



 P.D.: ¿Cuáles son las estrategias para promover los valores en la familia que te han funcionado a ti, a tus padres, a tus amigos? Porque somos tan distintos los unos a los otros, que este tema es inmenso. 

jueves, 2 de octubre de 2014

El significado de cumplir años



Nuestro cumpleaños para algunos significa tristeza si está entrelazado con algún evento desafortunado de nuestra vida; para la mayoría significa regalos, fiesta, felicitaciones. Centrados en nuestro propio ego olvidamos que:
Una semana antes de la fecha de nuestro nacimiento, nuestra madre se estaba preparando para el día esperado, con miles de ideas dándole vueltas en la cabeza, con temor y valentía a la vez. El peso del vientre era cada minuto más insoportable, junto con el dolor de la espalda, las piernas, tus movimientos inesperados y los malestares que en cada gestante tienen un matiz distinto. Dos días antes, tu madre presentía que el momento estaba por suceder, y repasaba su lista mental de lo prioritario para recibirte, rogándole a Dios que les fuera bien a los dos pero sobre todo a ti.
Unas horas antes de tu nacimiento tu madre no sabía si reír o llorar, ya no había vuelta atrás, el plazo se había cumplido. Ya no reparaba en ella, pensaba en ti y en tu primera batalla, para la que te habías preparado durante los meses de gestación. Tenía fe en tu fortaleza para vencer. Mientras tú hacías contacto con la luz, siendo indefenso y poderoso al mismo tiempo, luchando por adaptarte a la nueva atmósfera donde te depositaron, tu madre respiraba con tranquilidad por última vez. Sabía que cuando fuese cortado el cordón umbilical, ya no le pertenecerías porque ahora ibas a comenzar a trazar tu propia historia. Tu madre sabía, porque su propia vida era un ejemplo del viaje hacia la autonomía que emprendemos los seres humanos, que tendría que confiar en ti, que te podría guiar pero que tendría que respetar tus decisiones. Recuerda siempre lo que celebras el día de tu cumpleaños. Ahora sí festeja en grande que no todos los días se ganan batallas de esta magnitud.
P.D.: No olvides que en la travesía para arribar a este mundo no estuviste solo, ten la humildad para felicitar primero a la guerrera que te ayudó a nacer y gracias a la que hoy puedes decir que cumples un año más de vida.